“Antes de aproximarnos a temas comerciales de venta y comercialización, es sano ofrecer un contexto sobre los orígenes e historia de esta hortaliza mágica, presente en cocinas de muchas culturas que nos ofrecen deliciosos platillos sublimes al paladar".

Los orígenes de la berenjena son inciertos, no hay un lugar definido, pero parece que este tipo de hortaliza se haya difundido en las zonas calientes de la Asia meridional, precisamente en la India, otros dicen que en China,

Por su influencia fuerte – en la cocina - en el mundo Árabe se creería que sería de este lugar, no es así. Ahora bien, a Europa solo llega alrededor del año 1.400, aunque concentrada en las zonas que, por razones climáticas, fueron más favorables al crecimiento de las mismas.  Y' cierto en efecto que en el siglo XV la berenjena fue introducida, primero en España y luego en Italia, y más precisamente en Sicilia, dónde hasta hoy día ocurre el cultivo más intenso de berenjenas sobre el suelo nacional italiano.

“Las guerras, invasiones – Moros – traían consigo cambios en la cultura y el arte: cocina, poesía, política, ciencia, literatura, etc. Europa nunca mas volvió a ser igual.”

Del momento de su introducción en Europa, el nombre de este producto hortofrutícola derivó del término árabe "badingian": en Italia fue usado con la añadidura de "manzano" como establecida, volviéndose por lo tanto "manzano-badingian", más tarde "melangiana" y luego berenjena, nombre que popularmente fue interpretado como manzana no sanea, ya que la berenjena es una hortaliza fresca no comestible cruda (la berenjena, si cruda, tiene gusto desagradable y es ligeramente tóxica en cuánto continente solanina) pero sólo previa cocción.

Curiosamente, en algunas zonas italianas la palabra árabe "badingian" fue precedido en cambio por el prefijo "Petro", y, por este motivo, hasta los primeros años del 1800 en algunos textos donde fue mencionada la berenjena, esta hortaliza fue identificada con el nombre de petronciano. 

La historia de las berenjenas, tiene en todo caso orígenes antiquísimos que remontan a la prehistoria, hasta arraigarse cada vez más en la cultura moderna, dónde su gran versatilidad en cocina ha dado enorme espacio al mercado hortofrutícola moderno.