Berenjenas con miel

Crujientes por fuera y tiernas y jugosas por dentro, cubiertas con miel, tomillo y sal. Estas berenjenas fritas con miel no pueden estar más buenas.

Y si a ti no te gustan las berenjenas, de ninguna de las maneras, tengo un truco para que las puedas comer sin ningún rechazo. Cubrirlas con leche y dejarlas en remojo durante varias horas.

Berenjenas con miel

Esto quita por arte de magia el amargor característico de las berenjenas y mejora considerablemente la textura. De esta manera también se empapan de leche y están super jugosas cuando se fríen.

También hay quien le añade sal por encima durante 30 minutos, para quitar también el amargor, pero a mi personalmente me gusta más mi idea.

Después las enharinamos ligeramente (no hace falta ni siquiera pasarlas por huevo), y ya estarían preparados para freírse en aceite de oliva.

Ahora que lo pienso, es como una torrija vegetal. Por lo menos se hace de la misma forma.

¡Y como no! No puede faltar la salsa de miel que le da al plato ese sabor dulce y salado a la vez.

Ingredientes:

  • 1 berenjena grande
  • 480 ml de leche entera
  • 65 gr de harina
  • 3-5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 3 cucharadas de miel
  • 2 cucharadas de hojas de tomillo fresco, picado
  • Sal

Así se hacen unas berenjenas con miel:

Lavamos y pelamos la berenjena (puedes hacerlo también sin pelarla). Con una mandolina, cortamos las berenjenas en láminas finas de unos milímetros de grosor.

Ponemos las láminas de berenjena en un recipiente hermético y vertemos encima la leche. Tapamos el recipiente y lo introducimos en el frigorífico durante 8 horas (lo ideal es que sea toda la noche).

Al día siguiente, preparamos un plato hondo con la harina y 1 cucharadita de sal.

Ponemos una sartén a fuego medio y vertemos 2 cucharadas de aceite de oliva. Cuando esté caliente, introducimos las láminas de berenjena en la mezcla de harina hasta cubrirlas por completo, eliminamos el exceso y lo ponemos en la sartén con el aceite.

Freímos cada lámina durante 2 minutos por cada lado, hasta que empiecen a dorarse, y lo sacamos a un plato con papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.

Repetimos el mismo proceso hasta terminar con las láminas de berenjena, y si es necesario, añade más aceite a la sartén.

Colocamos las láminas fritas en una fuente, las espolvoreamos con sal por encima y les añadimos la miel y el tomillo por encima.

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